El compañero Carlos Cabadés presentó a su amigo
Raúl Giménez, tenor y artista que ha actuado prácticamente en todos los grandes
teatros de la Ópera. Hizo también alusión en la presentación a los discos grabados por Raul bajo la
dirección de grandes maestros y mencionó distintos premios recibidos por su
buen hacer profesional, subrayando el interés que ha tenido este artista en la
formación de nuevos cantantes (CATEDRA
CONCERTANTE) y la preocupación en el desarrollo y popularización de la afición
a la Ópera constituyendo la Associació Amics de l’Òpera de Sarrià.
Se subrayó que la Opera no es solo música sino
que es el conjunto de una serie de manifestaciones artísticas: teatro expresión
corporal, canto…y que un artista tiene
que ser especialista y técnico en todas estas artes.
Raúl Giménez expuso unas notas autobiográficas
explicando cuando sintió la necesidad de dedicarse profesionalmente a la Opera así
como los consejos que recibió de querido maestro argentino. Subrayó las
dificultades que tiene que superar un joven para comenzar su carrera y triunfar
en ella.
Realmente no es fácil abrirse camino en el
mundo de la ópera. No basta con tener buena voz y poseer una profunda formación
musical también hay que tener una gran
disciplina para desarrollar y mantener los dones concedidos por la
naturaleza. El cantante necesita tener una gran vocación para soportar los grandes
desafíos que exige su profesión. No hay que olvidar la necesidad de estudiar
intensamente y aprender de memoria no solo el texto sino la música y melodía de
las obras que va a interpretar. Tampoco es fácil estar continuamente viajando y
alejado del núcleo familiar. Tiene que tener total sintonía con el director de
orquesta y con los restantes compañeros de reparto ya que cualquier distorsión
puede destruir totalmente el éxito de la representación.
Señaló Raúl Giménez el peligro que representa
alguna dirección de escena excesivamente innovadora y que llega a traicionar el
mensaje que el compositor quiso reflejar.
A la pregunta que se le hizo sobre la libertad
del artista para adaptar la representación a su estado de ánimo, afirmó que el
aconsejaba ceñirse al máximo al sentido original de la obra.
Afirmó que las dos grandes escuelas operísticas
existentes en Europa son la de la Ópera de Florencia y la de Valencia.
Para ayudar a los jóvenes que inician su
carrera en este mundo Raúl Giménez creó en Barcelona la Cátedra de Música
Concertante en la que se imparten clases y se organizan cursos y masters a los
que asisten alumnos d todo el mundo y que ha adquirido un reconocido prestigio
internacional.
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