dijous, 14 de juliol del 2022

Emilio Daniá Noarbe (Ponente)

Emilio Damiá, abogado y capitán auditor del ejército del aire, señala que la influencia de los medios de comunicación hace que solo nos interesemos por lo que a ellos les conviene. Estamos absolutamente volcados en saber que pasa en Ucrania y llevamos años arrastrando los conflictos de Siria e Irak y, en general, de Oriente Próximo. Seis millones de refugiados sirios reclaman ayuda y todo el mundo echa mano de ellos según su conveniencia, pero no hay país que se interese por sus problemas. Y mientras el líder turco Erdogan impone su política gracias a ellos. Los aprovecha para solucionar su política contra los kurdos. Mientras, Europa acepta ucranianos, pero ignora los sirios, lo cual no quiere decir que no intervengamos de alguna manera en el conflicto según sean nuestros intereses como occidentales.

 

El problema es histórico y tiene una raíz religiosa, lo cual no quiere decir que la actual conflictividad sea religiosa. Existe una lucha ancestral entre chiíes y sunies. Los chiíes son mayoritarios en Irak y Líbano y los sunitas los son en Arabia Saudí y Siria. El mundo occidental, y sobre todo los Estados Unidos, apoyan principalmente a Arabia Saudí por ser fuente de petróleo olvidando exprofeso que las torres gemelas fueron derribadas por sunitas. Hay que decir que dentro de estas diferencias no faltan minorías importantes, entre ellos los cristianos y el omnipresente Israel que va pactando con sus vecinos según conveniencias, como, por ejemplo, con los sirios.

Uno de los protagonistas principales del conflicto es Bashar al-Assad Presidente de Siria, que, si bien no era el primogénito sino su hermano fallecido en accidente de tráfico, sucedió a su padre Hafez al-Assad. Con el partido laico Baaz gobierna de forma dictatorial, pero ha sido sostenido muchos años por los occidentales pues mantenía un cierto orden en el país. Este partido fue también el predomínate en Irak hasta la caída de Sadam Hussein.  La supuesta pretensión de Estados Unidos de imponer orden en Irak ha quedado en agua de borrajas y la base actual religiosa de los chiitas ha sido siempre despreciado por los sirios

 

Dentro del marasmo de fuerzas antagónicas no puede olvidarse Líbano, considerada en su momento como la Suiza de Oriente, que está dominada por el partido  chií  Hezbolá que tiene un brazo político y otro paramilitar y recibe armas, capacitación y apoyo financiero de Irán.

 

Por si faltaban problemas llega el presidente turco Erdogan que pretende, no sin cierto éxito, coger protagonismo en la zona y solventar por la fuerza su problema con los kurdos. Habitan la zona montañosa del Kurdistán, en Asia Occidental, repartida principalmente entre los Estados soberanos de Siria, Irak, Turquía e Irán. Son invadidos y dominados por los turcos y todo el mundo mira hacia otro lado.

 

Cuál va a ser el futuro de la región nadie lo sabe. Lo que sí debería tenerse en cuenta es que hay dos problemas a los que habrá que enfrentarse el mundo, los refugiados y la reconstrucción de la zona. Y ello teniendo en cuenta que todo apunta que se mantendrá Bashar al-Assad y que la llamada Primavera árabe ha sido un fracaso.